Este es un tema que quizá ya se tocó en varias revistas, plataformas, foros o portales; pero siempre he querido emitir mi opinión y no desde un foco periodista o cinéfilo, sino desde uno más reservado como consumidor, ya que creo que así se puede entender de forma macro la situación. ¿Es positivo el nacimiento a gran escala del streaming o es negativo dejar de acudir a las salas de cine?
En unas de mis citas anteriores comenté lo paradójico que ha sido la vida conmigo. Con 18 años decidí empezar a trabajar para forjar un mejor futuro y por estas situaciones extraordinarias del andar inicié en una cadena de cine muy reconocida en Perú. Si bien es cierto que ya tenía un cierto feeling por el séptimo arte debido a mi consciente fanatismo por las películas de superhéroes, algo me hizo apreciar y vivir de cerca lo que es realmente una experiencia de película dentro de una sala de cine. Cada fin de semana era un loquerío: los pasillos abarrotados, las salas llenas de espectadores, la confitería reventando como granos de maíz. Eso era lo que generaba solo un fin de semana. Te cuento recuerdos de aquel lejano 2013 que quedará en mi memoria.
El tiempo allí me enseñó mucho sobre este mundo. Los años pasaban y como cliente siempre consideraba que ir a una sala de cine, sea cual sea, era toda una experiencia que valía la pena vivir. Desde planearlo buscando la película, hasta seleccionar el combo para comer. Cada detalle era una idea placentera. Pero como dice el dicho: la vida avanza y los tiempos cambian. Llegamos a una época en donde la globalización y la digitalización le dieron un nuevo enfoque al cine.
Antes de la pandemia, Netflix ya venía bregando un camino de éxito. Una noche me comentaron sobre la plataforma. Me parecía asombrosa la idea de que en un solo lugar puedas encontrar muchas de tus películas favoritas sin necesidad de buscarlas en un CD o llenar tu PC de virus. No le presté mucha atención ni me sumergí en ello hasta que la mencionada pandemia me hizo apreciar el entretenimiento en una época oscura. Del 2020 en adelante nacieron nuevas plataformas de streaming que daban la hora con sus adquisiciones o apoteósicas producciones de películas o series, las cuales le brindaban al mercado digital una amplia competitividad.
Cuando las salas de cine reabrieron sus funciones, surgieron varias interrogantes que hasta hoy rondan en la cabeza de muchos: ¿el streaming le quitó terreno al cine tradicional?, ¿el cine que todos conocemos murió?, ¿la era digital se tumbó a la era clásica? Es posible responder a todo ello bajo una opinión moderada y de sensaciones, porque para gustos o colores no existen los autores.
El cine como tal es y será la experiencia por excelencia sin entrar en decadencia, mientras que las plataformas de streaming se mantendrán como el soporte necesario para que los proyectos que no llegan a la pantalla grande puedan tener otras formas de ser visualizadas, muy aparte de las oportunidades y exponenciales cartas de trabajo que esto les ofrece a múltiples actores a nivel mundial. A grandes rasgos, es real que la concurrencia a las salas de cine ha disminuido a una escala considerable respecto a otros tiempos. Esto no deja de lado el gran impacto que generan cuando estrenos de alto calibre aterrizan en la cartelera.
Cada uno es libre de decidir hacia cuál inclinarse. El streaming ha influido en el rubro cinematográfico sin quitarle peso a donde se originó la magia. En este momento estás leyendo líneas que se escribieron a la antigua, pero que se adaptan a los dictámenes actuales. Muchas gracias por estar siempre del otro lado. Que la fuerza los acompañe.
Periodista de cine
cinesamu