Por Rosa Bonilla El mundo desperdicia alrededor de 2500 millones de toneladas de alimentos cada año. Más allá de que nos duela en el bolsillo o en el corazón, el hecho de desperdiciar alimentos tiene consecuencias ambientales irreversibles. Desperdicia el agua y la energía que se necesitaron para producirlos y genera gases de efecto invernadero