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¿POR CUÁL APOSTAR?

April 25, 20245 min read

Por Soledad Marroquín

Durante casi 29 años y hasta antes de la pandemia, ProWein (Düsseldorf, Alemania) se ha perfilado como la mejor feria de vinos y bebidas espirituosas para el mercado internacional y las negociaciones business to business del mundo. Este año contó con la asistencia de 47,000 visitantes y 5,400 expositores de todo el orbe. Nuestro querido Perú estuvo presente con las bodegas Santiago Queirolo (asisten desde el 2013) y su línea Intipalka, además de Tabernero que llegó por primera vez.

Existen otras ferias importantes como Vinitaly (Veneto), cuyo foco está en los vinos italianos y se realiza en abril, la Fenavin de España (Ciudad Real) que hoy se ve opacada por la Barcelona Wine Week y también la London Wine Fair, aunque esta última es más pequeña.  No se puede olvidar a la pionera Vinexpo en Burdeos, Francia, que se centró en los vinos de dicho país. Su complicación se dio en lo operativo. Junio es un mes de altísimo calor que afecta a todo. Los participantes y vinos sucumbían, pues el sistema de aire acondicionado no daba abasto para el enorme recinto y aquella afluencia de público. Un fenómeno similar sucede con Fenavin, donde aprendí lo que es un golpe de calor.

Con este escenario, los organizadores de Vinexpo cambian de locación y de fechas. Así nace Wine Paris/Vinexpo París en febrero de 2020. Dado el atractivo que ofrece la ciudad luz, los expertos avizoran que estaría poniendo en jaque a ProWein y subiría al pódium de las preferencias. Esta feria tiene varios factores a favor. Se puede llegar a París en vuelos directos —no es el caso de Düsseldorf—. La ciudad tiene una enorme capacidad hotelera, restaurantes, bares, cafeterías y toda la  atractiva oferta turística. Sumado a  ello, febrero es frío. Ello facilita una mejor temperatura en los pabellones.

Volviendo a Barcelona Wine Week, esta feria viene agarrando más fuerza cada año. Se realiza la primera semana de febrero y este 2024 convocó a 650 importadores/distribuidores claves a nivel mundial. Algo a tener en cuenta es que tanto en París y ProWein se notó la ausencia de asiáticos que resultan un importante referente en cuanto a las exportaciones para ese interesante y cada vez más demandante mercado.  

El esfuerzo de tener un stand en estas ferias internacionales es enorme y la  participación se trabaja con meses de anticipación, coordinando con los organizadores, asegurando un espacio y tratos con el proveedor que diseña y los arma. Otro punto es el envío de las muestras al lugar de destino, relacionarse con importadores y distribuidores anunciando que estará presente, así como del personal que atenderá al frente del stand. Todo ello implica un presupuesto que no es poca cosa. No se puede dejar al azar las visitas al stand para probar/catar los vinos por casualidad.

Estos eventos suelen ser un punto de encuentro con los importadores y distribuidores extranjeros, además de conseguir nuevos contactos.  Es necesario difundir, promocionar y agendar reuniones con tiempo para obtener buenos resultados. Esto es una recomendación para cualquier bodega del mundo, ya sea de un país productor pequeño, mediano o grande. Por supuesto que hay más ferias. Mientras tanto, la agenda para el trimestre 2025 está fijada. Esta nota es posible gracias a la información brindada por dos experimentados y reconocidos consultores internacionales en el campo del wine business: Martín Pérez de Argentina y Philippe Marc de Chile.

Comunicadora Gastronómica
@sol_marroquin

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