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PERÚ HACE VINO

July 16, 20244 min read

Por Soledad Marroquín

Estoy segura de que no es la primera vez que escribo sobre esta historia ni será la última. «Perú hace Vino» es una frase que nació durante la segunda edición de Premium Tasting en el 2018. Es la afirmación constante —con # incluido— cada vez que probamos o descubrimos sobre un buen vino de bandera nacional. Actualmente, es una empresa constituida y liderada por Pedro Cuenca, con objetivos y actividades claros. Es la responsable de organizar el Salón del Vino Peruano, el cual acaba de lanzar su logotipo institucional —muy bello, por cierto—.

El logo fue creado por el artista nikkei Tach Maeshiro, quien se inspiró en la hermosa cerámica de la cultura Mochica, específicamente en la copa ceremonial. Tach es el diminutivo de Tagashi —significa persona justa—. Desde niño mostró su inclinación por el arte y el dibujo, diseñando camisetas e inspirándose en las banderas de los países participantes de los campeonatos. El arte nace con las personas, pero la vida del artista nunca es fácil. Felizmente, su madre fue la que lo motivó a estudiar diseño en el Instituto de Arte y Diseño. Posteriormente, su viaje a Japón lo ayudó a comprender mejor su cultura, el respeto y el orden que son muy positivos en su vida.

La creación del arte que representa el logotipo de Perú hace Vino tomó más de tres meses. Este debía evidenciar al vino peruano, rompiendo los paradigmas que dicen que no se puede lograr buen vino en este país al no estar dentro de la franja vitivinícola o franja del vino. El diseño quiere transmitir el trabajo ancestral de la tierra y sus diferentes suelos y niveles: imágenes que surgieron observando la copa ceremonial moche que muestra curvaturas y formas escalonadas como labradas en piedra.

La cultura Mochica o Moche fue una antigua civilización de la costa norte de Perú, muy reconocida por la fineza de su cerámica. Para Tach, esa amplia profundidad en los diseños Moche que incorporan todos los elementos naturales fue lo que inspiró el bello logo de Perú Hace Vino. De esa manera, inspirado por la época virreinal, se aleja de lo clásico. Las letras de líneas sinuosas muestran justamente ello: formas cruzadas y ondulantes que se refuerzan como en las culturas ancestrales. 

El vino no es algo ajeno ante Maeshiro, pues estudió la especialidad de Sommelier y, desde hace algún tiempo, viene diseñando las etiquetas de algunas bodegas como Charzago, Atencio Tapia, Hacienda del Abuelo, Toro Muerto y otras que pronto se conocerán. Él conversa con los productores para encontrar una verdadera identidad, evitando clichés como poner un racimo de uva que resulta redundante. Un dato importante para quienes están pensando en cambiar sus etiquetas es el tiempo. Un artista necesita inspirarse y empaparse bien de lo que siente y quiere el productor.

A veces el camino nos elige. Eso le pasó a este artista que anteriormente trabajó en agencias publicitarias donde realizó diseños para cervezas y otras bebidas. Como bien afirma, el trabajo del vino implica mucho empeño y sacrificio. La etiqueta es la carta de presentación que puede atraer la atención del consumidor a primera vista. Su perfil va cambiando con la llegada de las nuevas generaciones. 

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