Ignacio Mora-Figueroa, Export Manager de la bodega española Abadía Retuerta, visitó Perú para presentar las nuevas etiquetas que tendremos en el mercado. En una cata donde nos deleitamos con la excelencia, elegancia y balance de estos vinos, reveló más detalles de la firma que va avanzando a paso seguro en la industria. Adquiérelos en Wine Concierge (@wineconciergeperu).
La milla de oro de Ribera del Duero acoge a la bodega Abadía Retuerta, hoy la número 28 en el ranking de The 50 Best Vineyards. Con su propia Denominación de Origen, estos vinos de pago se posicionan en la cima de la pirámide con etiquetas que se caracterizan por estar bien integradas, de mucha elegancia y balance. Son frescos, afrutados, con el acompañamiento justo de barrica. Abadía Retuerta es una bodega y hotel 5 estrellas ubicados en un monasterio del siglo XII fundado por la Orden Premonstratense en España. En 2012, el legado cultural e histórico, unido a la belleza de los viñedos a orillas del Duero, inspiró la creación de un destino enoturístico y gastronómico altamente reconocido dentro y fuera de sus fronteras. Entonces, abría sus puertas Abadía Retuerta LeDomaine, a tan solo dos horas de Madrid.
«Dentro de la Denominación, tenemos aprobadas 25 variedades distintas de uva. Tempranillo sigue siendo importante, pues es la insignia de la zona. De hecho, actualmente representa la mitad de nuestra finca aproximadamente. Estamos en un espacio impecable dentro de Ribera del Duero, lo cual favorece la circulación térmica. Tenemos buena inclinación, variedad de terroirs y suelos. Trabajamos con un concepto francés de parcelas gracias a nuestro asesor Pascal Delbecq, proveniente de Saint Emilion», menciona Ignacio Mora-Figueroa, Export Manager de Abadía Retuerta en Latinoamérica.
Para la firma, Latinoamérica representa un mercado con potencial en desarrollo, donde reconocen que se está incrementando la cultura del vino, la cual aporta a la gastronomía y al turismo. «Eso nos motiva a dar a conocer Abadía Retuerta, uno de los grandes vinos de España. Nada mejor que Perú, ya que tiene una gastronomía reconocida a nivel mundial», agrega. En la cata, junto a Ignacio, se presentaron tres vinos particulares. En primer lugar, Selección Especial, al que define como el blend de la casa con una base de Tempranillo junto a Cabernet Sauvignon y Garnacha; así como un ligero corte de Merlot, Graciano y Petit Verdot respectivamente.
Recibió el premio al Mejor Vino del Mundo por el International Wine Challenge de Londres en 2001. También tuvo tres añadas consecutivas en el Top 100 de Wine Spectator. De color rojo oscuro. Nariz limpia y atractiva, con aromas a fruta roja, grosella, frambuesa, cereza con ligeras notas herbáceas, mentoladas y un sutil toque cremoso. En boca es suave, refrescante y amable, con taninos de gran calidad, finos, maduros, bien integrados que proporcionan un largo y aromático final.
Continuamos con una grata sorpresa que entrelaza 86% de Sauvignon Blanc y 14% de Verdejo. Un vino de guarda y de terruño. El resultado es una copa original y disruptiva, de intensidad y carácter, con cuerpo, untuoso, largo y fresco, final. Diseñado para mejorar con el tiempo, es un fiel reflejo de la personalidad de Abadía Retuerta. Fragante de inicio, con aromas a flores blancas, acacia y refrescantes notas de jengibre y cítricas de mandarina, pomelo y lima. Tras abrirse sale la fruta de hueso: albaricoque, nectarín y melón. Persistente y untuoso, lo que revela un trabajo muy fino con las lías. «Le Domaine rinde homenaje a nuestro hotel, el cual recibió este año tres llaves Michelin. Somos uno de los cinco mejores hoteles en España, según esta guía», asegura Ignacio.
El último y favorito de muchos fue el Cuvée Palomar, la apuesta nueva del enólogo. «Nosotros decimos que es el vino del futuro. Para fortalecer al Tempranillo, lo acompañamos de otras variedades como la Garnacha, la Graciano y la Malbec. Cuvée Palomar es muestra del conocimiento y de la excelencia, fruto de la paciencia y la dedicación. Fiel reflejo de las antiguas variedades de la zona, sus cualidades y respuesta a las nuevas condiciones climáticas que rigen nuestro terruño», apunta. Se caracteriza por su intenso color violáceo, muy atractivo en nariz, con aromas de frutas rojas como frambuesas, fresa ácida y regaliz que están perfectamente integrados con la madera. En boca es delicado, elegante y con un final fresco. «La Guía Vinos Gourmets de España nos nombró la bodega del año 2024. El hecho de que los consumidores también lo reconozcan de esta manera es muy gratificante, pues demuestra que vamos por buen camino. Estamos en más de 40 países y vamos por más», finaliza.