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LA FIESTA DEL MALBEC

April 17, 20248 min read

Por John Santa Cruz

Cada 17 de abril se diluye pleitesía a esta uva que nos enamora con sus matices adictivos y perfiles variopintos. Llegó para quedarse.

Confieso que me costó algunos pensamientos cogerle la mano al coqueto malbec. Suelo ser un tipo que va por el camino incómodo para todas las aristas de mi vida. Por ello, mi relación con esta uva oriunda de Cahors (Francia) se fue construyendo sorbo a sorbo. Hay que entenderla, valorarla y, sobre todo, apreciarla cuando llega a tu copa. Te recomiendo que no solicites un malbec por estar de moda, sino por esa estructura variopinta que nos regala; logrando acomodarse a diversos momentos para su disfrute. 

Conversando con Lucía Meléndez, sommelier corporativa de RF Liquor —quienes disfrutan de una cartera variada de etiquetas de esta variedad—, coincidimos en que es una uva noble que se adapta a las expresiones del terroir y del enólogo. De esto da fe Pablo Ponce, reconocido enólogo y comunicador argentino. «En el norte, debido a su altura y horas de sol, tenemos un fruto con una piel más gruesa, lo que se traduce en vinos más intensos en color, aromas y texturas. Recuerdan a características enfocadas en frutos rojos y negros bien maduros. El centro es la región principal, donde se encuentra plantado el Malbec con el 86% del total», sostiene.

«En lugares de altura como Mendoza con su clima seco, el aroma a violeta es un distintivo junto con la intensidad de color. En zonas más bajas de suelos húmedos, la fruta roja fresca es la que resalta. En cambio, en el sur, el clima que nos ofrece la Patagonia es lo que se traduce en este estilo de Malbec. Vinos frescos, afrutados y taninos dulces que hacen el volumen en boca», agrega el rioplatense. Como lo ven, estamos ante una variedad plural. En aquella tarde con Lucía, quien abrió los malbec más top de su portafolio, saboreamos no solo vinos de un nivel lunar, sino la franca trazabilidad de los bemoles de una zona en particular con una buena dosis de experiencia enológica. 

El primero fue el Ancestral de Mauricio Lorca. Ella se tomó una pausa para detallarme este vino. «Es una línea muy singular, pues busca darle todas las tonalidades de Los Árboles (Tunuyán, Valle de Uco) aplicando técnicas nuevas como el uso de clyvers (similares a recipientes de cerámica, muy adecuado para largos periodos de envejecimiento). Es un 100% malbec que crece en un suelo franco arenoso a 1250 m.s.n.m. Se hace una selección de una parcela en particular dentro del viñedo. De allí se obtienen las uvas y se desgrana a mano para alojarlas en los clyvers», relata. 

Dentro se produce la fermentación maloláctica. Luego se trasiega y vuelven a los mismos para reposar un año antes de ser embotellados. Potencia y fruta pura. Se calculan unos diez años de vida para este vino. «Tiene un color rubí con tonalidades violáceas. En nariz destacan aromas frescos y un tanto lácticos como una cereza madura, avellanas y quizás un membrillo. Hay algo de cuero al fondo y unos frutos negros. En boca destaca por su buena presencia de taninos, muy del terroir del Valle de Uco. Es redondo, de buen equilibrio y con un final majestuoso. Si me preguntas con qué maridarlo, pues apuesto por estofados», se pule Lucía

El segundo vino es El Emblema de Cicchitti, una bodega que tengo el gusto de haber pisado, así como la de Lorca. «Este es un 100% malbec de sus viñedos en Gualtallary (Valle de Uco). Lo singular de este vino es que se fermenta en pequeñas vasijas centenarias de hormigón. Después pasa a barricas nuevas de roble francés por 18 meses, y terminan de perfilarse 18 meses más en botella. Acá nos vamos a un tiempo de guarda en cava por unos 12 años, y amerita una buena decantación», advierte. Hay que puntualizar que la historia de la familia Cicchitti en Argentina data desde principios de 1900, cuando Genaro y Lucio llegaron provenientes de Abruzzo, Italia, a Mendoza. Hasta la fecha es una bodega familiar.

En vista se marca con un violeta intenso, propio de todo el tiempo en guarda. En nariz, lo primero que nos brinda son especias como la pimienta negra. Luego, salen los recuerdos florales y algo de vainilla de la barrica en tercera nariz. Hay que decantarlo para que pueda abrirse y dejar escapar las frutas marcadas. En boca ingresa agradable con taninos aterciopelados. Tiene un final largo y persistente. Lo maridaría con carnes ahumadas, pescados a la parrilla y preparaciones condimentadas. 

El tercero es Altura Malbec de Norton. «Altura es inspiración entre la conexión del suelo y el microclima que representan estos viñedos especiales ubicados en el Valle de Uco (Mendoza). Es un 100% malbec de Los Chacayes (1300 m.s.n.m). Tuvo una maceración y fermentación en pequeños tanques de concreto, con una crianza 100% en barricas de roble francés de segundo uso durante 12 meses, y otros 6 meses en botella antes de su lanzamiento. Si hablamos de tiempo de vida, pues considero que en ocho años estaría en óptimas condiciones», concluye Lucia. Como información vital adicional, este vino es gestado por David Bonomi, chief winemaker de Bodega Norton y Enólogo del Año 2020, según el británico Tim Atkin

Combina sutiles sabores de ciruelas y moras compensados por complejas notas minerales y terrosas. En el paladar muestra un cuerpo medio a alto, con taninos suaves y aterciopelados que cubren la boca junto a una vibrante y envolvente acidez que se extiende hasta un final especiado. Como lo podemos ver, esta uva se acomoda a la propuesta de terroir y se presta a largas crianzas en barricas y a novedosos métodos de fermentación sin perder la esencia. Ahora que se viene el Día Mundial del Malbec, prueben estas opciones que Rf Liquor trae a Perú. Detrás de ellos existe una calidad enológica que muy pocas bodegas argentinas poseen. Salud. 

Daniel Yong (@yong_fotografo) / Locación: Melange Restaurante (@melange.restaurante)

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