Por cuarta vez en su historia, Joseph Ruiz se alza como el Mejor Sommelier de Perú. Luego de una interesante disputa, la Alianza Peruana de Sommeliers avalada por la ASI (Association de la Sommellerie Internationale), le dio la licencia de representarnos en los próximos certámenes internacionales. ¡Felicidades por tu logro, Joseph!
Cuando empecé a estudiar sumillería, recuerdo que tenía una duda latente sobre quién era el o la mejor en esto. Es importante saber hasta lo más mínimo sobre lo que uno va a ejercer. «Joseph Ruiz», me dijo una compañera de clase. De hecho, su nombre resonaba mucho por el pequeño mundo del vino y de las bebidas en general. Me preguntaban si iba a ser mi profesor o si ya había tenido la oportunidad de entrevistarlo. Al inicio no sabía por qué era un referente, pero imaginaba que debía ser realmente bueno para haber ganado el concurso a Mejor Sommelier de Perú en tres ocasiones. Investigué un poco más sobre él. Head sommelier de La Niña, importa un par de bodegas de vino, boutique y docente en D’Galia. Nos ha representado a nivel mundial en más de una competición. Nunca lo vi en acción hasta este momento. Quería presenciarlo sin buscar una biografía online o ver videos en Youtube.
Es la primera vez que asisto a uno de estos concursos. Esta vez fue el momento idóneo, ya que el Mejor Sommelier Perú 2024 estuvo organizado por la ALIPS (Alianza Peruana de Sommeliers), asociación que representa a más de cien sumilleres peruanos. Fue avalado por ASI (Association de la Sommellerie Internationale) con la presencia de Matías Prezioso, VP para las Américas. Era la ocasión perfecta para que Joseph pudiera coronarse como el mejor de todos los tiempos. Catorce sumilleres midieron sus conocimientos en esta contienda, entre el rubro teórico y el servicio (para mí lo más complejo). Finalmente quedaron tres: Joseph Ruiz, Cristian Barreto y Julián Oliva. Una última instancia reñida, pero que dio como ganador a Ruiz. Con este título, él representará a Perú en las siguientes competencias internacionales organizadas por la ASI. Por fin se me dio la oportunidad de entrevistarlo. Aquí mi breve diálogo con el campeón.
¿Qué impresiones te llevas de este certamen?
Estoy muy nervioso. En la preliminar todo fluyó. La dificultad estuvo a la altura. Uno no puede sentirse campeón hasta que no se lo anuncien. En el escenario pueden pasar muchas cosas. Creo que lo que me ayudó a ganar fue la experiencia que he adquirido en estos 12 años desde que comencé a estudiar. Recuerdo que me empujaron a concursar. A mí me encantan las competencias. Nunca dejas de aprender y cuando participas en este tipo de certámenes siempre hay nervios. Practico mucho el tema de relajación. Digamos que lo he aprendido con los años.
¿Cuál fue la etapa más difícil?
La cata a ciegas. La verdad me sorprendieron los vinos elegidos. Es precisión en el momento, y a veces uno cambia de opinión.
¿Qué tal el servicio? Lo hiciste muy rápido. Llevas un buen control del tiempo.
Sí, hay que tener un reloj mental en la cabeza. Tenía que estar atento a lo que pide el jurado. Todo se hace en solo 7 minutos.
¿Fue difícil ganar en esta oportunidad?
Sí. Hay muchos competidores nuevos que no hemos visto antes. Me encantó lo que hizo Cristian. Creo que es un gran prospecto para un siguiente concurso. Lo ha hecho genial y es su primera vez. En general, veo a chicos muy empeñosos dispuestos a subir la valla de la sumillería en Perú. Esto también se da gracias a las escuelas. Sin embargo, todavía hay cosas por trabajar.
¿Qué diferencias encuentras entre la sumillería peruana de antaño con la que se desarrolla en la actualidad?
Anteriormente, como candidato he atravesado situaciones que no le desearía a nadie como la falta de organización, presupuesto, apoyo. Por eso se forma la Alianza Peruana de Sommeliers. Hoy ha quedado demostrado que está liderada por gente muy seria.
Ahora desempeñas otra faceta de docente e importador. Me enteré de que volviste al servicio en La Niña.
Es bueno apostar por otros negocios en torno a la sumillería. No obstante, nunca he dejado el servicio. He vuelto porque en La Niña están cambiando los conceptos. Lo extrañaba. El tema netamente administrativo no es lo mío. Estoy involucrado en el servicio desde los 16 años. Siempre voy a vivir de esto.
Con todo lo que desempeñas, ¿por qué decidiste volver a concursar?
Quería retirarme bien. Creo que el 2019 marcó una competencia simpática, pero nos dejaron competir a nivel internacional. Me dolió mucho porque me estaba preparando para ello. Es una revancha personal. Soy un profesional que quiere representar a su país y hacer lo mejor posible.
Entonces, ¿es cierto que te retiras de los concursos?
Con el dolor de mi corazón, voy a dar un paso al costado. Hay cosas que aportar desde otro escenario. El nombre que uno se va ganando le da justamente esa fuerza para opinar y hacer cambios.
¿Cómo se siente ser el mejor sommelier de Perú? ¿Qué le dejas a los jóvenes que vendrán después de tu retiro?
Se siente fabuloso ahora mismo, pero la verdad es que es una gran responsabilidad cargar la bandera de tu país. Me siento como un atleta cuando va a regresar a las Olimpiadas. A veces nos cuestionamos por qué otros sommeliers no están bien preparados. Considero que ello se debe a la falta de oportunidades. Son cosas que van a ir cambiando. Este grupo humano va a lograr que el sommelier tenga el espacio que se merece como en cualquier gastronomía del mundo.
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