¿Qué es un mensaje? ¿Una idea? Puede que sí. ¿Es objetiva o subjetiva? Relativamente. Pero, ¿qué entendemos por mensaje? En el papel, es aquella idea prioritaria o conjunto de ideas que se origina desde un emisor y aterriza en un receptor. Este concepto puede escaparse o variar dependiendo de muchas facultades, porque no necesariamente debe partir de una persona hacia otra. Un mensaje lo podemos encontrar en la portada de un libro, en el anuncio de un panel publicitario, en un spot televisivo y en las películas.
Muchos largometrajes arropan mensajes ocultos que para la mayoría de espectadores pasan totalmente desapercibidos e inadvertidos. Son pequeños guiños con los que los directores pretenden dejar su ‘sello personal’ en cada una de sus producciones. En ocasiones lo hacen con el objetivo de aportar información adicional o relevante, otras veces pretenden lanzar los famosos mensajes subliminales, homenajear a alguien o a algo y, en otros casos, simplemente se trata de una mera diversión o coincidencia, un destello para los espectadores más atentos y observadores.
La premisa anterior se basa en una idea micro, detallista e íntima. Sin embargo, si exploramos el paisaje completo, todo filme esconde un mensaje en cada una de sus líneas narrativas y de sus giros argumentativos. Desde mi punto de vista, bien sustentado por varios cinéfilos o cineastas, lo que busca la película no es convencer o adueñarse de la verdad, sino dejar un mensaje que retumbe en la retina del espectador y que sirva como punto de reflexión. No es nada descabellado pensar que hasta una película de género comedia e incluso uno de estilo gótico busca emitir al final de todo un mensaje claro, preciso y conciso.
Quien suscribe siempre ha creído que la magia de una película radica allí. Es lo que lo hace original, innovador y especial. Como todo pequeño, ver un filme animado ya te jalaba el ojo a más no poder, desarrollando así una especie de sinergia que años más tarde entendería (y sí que lo entendí). Por ejemplo, Toy Story y su catedrática forma de darnos un mensaje sobre el valor de la amistad y la unión. También Buscando a Nemo nos emitía ese mensaje de amor paternal, perseverancia y arraigo familiar. Otra película que me marcó bastante fue Stuart Little. Bendita sea la hora en la que vi esta historia a lado de mi mamá. Cada que recuerdo escena tras escena solo me río y visualizo que el mensaje detrás de esta historia es la pertenencia o la búsqueda de aceptación a pesar de todas las diferencias que podamos tener.
Como siempre he mencionado, la vida me puso en este camino en donde a la larga he podido apreciar género tras género, historia tras historia, estilo tras estilo y jamás dejar de impresionarme con la variedad de mensajes que podemos encontrar, ya sea directa o indirectamente. Efectivamente, hay películas que te dejan el mensaje como desayuno en la mesa con toda la intención del mundo y otras tan solo apelan a dejar un mensaje de forma indirecta con la finalidad de que el espectador encuentre o descifre el misterio que tiene enfrente.
Escribir sobre esto para mí es un viaje enriquecedor. Seas o no experto en la materia, encontrar el mensaje en cada película te ayuda a ejercitar tu criterio o juicio propio. ¿Es necesario? Totalmente. El séptimo arte nos hace acreedores de un intelecto muy interesante. Te invito a realizar el análisis de cada película o serie que veas. Te invito a sumergirte más en mi mundo. Te invito a conocer que en todo lugar hay un mensaje que puede aportar a tu camino.
Periodista de cine
@cinesamu
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