La fusión entre el viejo y el nuevo mundo vinícola es posible gracias a Bodegas CARO. Esta apuesta entre la familia Catena y Rothschild demuestra que las diferencias pueden crear la excelencia. Dolfi Vinos Gastronómicos encontró este interesante proyecto y no dudó en llevarlo a nuestro mercado.
En las charlas sobre vino siempre hablamos de las diferencias entre el viejo y el nuevo mundo. A veces hasta nos interrogamos sobre cuál nos gusta más que el otro. Sin embargo, en pocas ocasiones abordamos una fusión entre ellos, aquella mezcla de dos culturas tan distintas que podrían dar origen a algo más grande: una expresión perfecta. Mi perspectiva dio un giro cuando me topé con Bodegas CARO, donde la juventud madura con la experiencia. Burdeos se encuentra con Los Andes.
Nicola Catena plantó su primera viña de Malbec en Mendoza en 1902. Generación tras generación, su familia se dedicó a desentrañar los secretos de la tierra mendocina y mostrar con orgullo los vinos argentinos al resto del mundo. La idea de formar una asociación entre DBR Lafite y la familia Catena nace en 1999. El nombre proviene de la primera sílaba de los apellidos de las dos familias, Catena y Rothschild. La familia Catena comparte sus conocimientos de los terroirs de altura y su pasión por el Malbec. Por su parte, DBR (Lafite) aporta su experiencia centenaria en la vinificación del Cabernet Sauvignon y el arte del ensamblaje.
Los vinos de Bodegas Caro son elaborados en una bodega patrimonial ubicada en Mendoza y se crían bajo las bóvedas de sus cavas subterráneas. Este edificio fue construido entre 1884 y 1895, una época en la cual llegaron a Argentina muchos inmigrantes italianos y españoles. Fue la época del boom de la viticultura mendocina. El edificio puesto en valor por las dos familias entre 2003 y 2017 fue modernizado con tecnología de punta, constituyendo la piedra angular del proyecto de Bodegas CARO.
La uva proviene exclusivamente del Valle de Uco, oasis de cultivo ubicado al sur oeste de la ciudad de Mendoza frente a la cordillera frontal; especialmente en las zonas de Altamira, San Pablo y Gualtallary. La calidad del vino CARO arranca con un manejo preciso del viñedo y una drástica selección de parcelas de la mejor uva. En época de vendimia, el equipo técnico hace degustaciones de bayas para definir la fecha óptima de cosecha. Una vez en la bodega, la uva de cada parcela se vinifica por separado en pequeñas cubas de concreto.
Después de la fermentación maloláctica se hacen los primeros cortes. Los vinos se crían en foudres y en barricas de roble hechas en la Tonelería de Pauillac. La barrica es degustada cada 15 días para establecer con precisión la fecha de salida de crianza. Luego se eligen los mejores componentes y se define el blend final. Una vez embotellado, el vino se guarda un año más en la bodega. Cabe resaltar que el gran vino CARO se elabora solamente en los mejores años. Por ello, ahora vamos a explorar algunas de las etiquetas que se encuentran en nuestro país gracias a Dolfi Vinos Gastronómicos.
AMANCAYA
De color rojo intenso con reflejos rubí, en nariz es afrutado y fresco, con aromas de frutos rojos, fresa y grosella negra. En boca el vino es largo, equilibrado y agradable con taninos refinados. Este bivarietal de 69% Malbec y 31% Cabernet Sauvignon tuvo un paso por barricas de roble francés por un periodo de 12 meses en tanto que el 50% restante de la mezcla se colocó en cubas de concreto.
ARUMA
El vino exhibe un color rojo profundo. Se aprecian aromas de ciruelas y frutos rojos. En boca, el vino es redondo y fresco, con un notable equilibrio entre taninos, acidez y alcohol. El final es largo y delicado. Este 100% Malbec se cría en cubas de acero con el fin de preservar el estilo frutal del vino y permitir a la variedad icónica de Mendoza expresar todo su potencial.
CARO
En nariz revela aromas de frutos negros como grosellas y arándanos. En boca, el vino presenta un excelente equilibrio entre Malbec (60%) y Cabernet Sauvignon (40%) con taninos suaves que le confieren una estructura elegante y una frescura persistente que contribuye a un final armonioso. La fermentación maloláctica ocurre de forma natural en tanques. Luego, aproximadamente la mitad del vino se transfiere a barricas de roble francés fabricadas por la Tonnellerie des Domaines en Pauillac (18% de roble nuevo). El 28% se coloca en tinas de madera y el 25% en tinas de concreto durante 14 meses.
PETIT CARO
Tuve la oportunidad de probar este vino que se compone de 64% Malbec y 36% Cabernet Sauvignon en El Parrillero de San Isidro junto a selectos cortes de carne. De color intenso con reflejos rubí. Afrutado en nariz, con notas de grosella negra, fresa, flores y menta; seguidas de aromas de cassis, grafito y granos de café. Excelencia aromática que se equilibra en boca con una textura y taninos refinados. El regusto es elegante y largo pese al maridaje que lo acompañe. Un dato importante es que el 50% del vino se trasiega a barricas de roble francés durante un periodo de 12 meses, y el 50% restante se coloca en tinas de concreto.
Si eres de los que se interesa por proyectos que rompen las barreras de lo tradicional, entonces debes apostar por una botella de Bodegas CARO. Atrévete a navegar por el ecommerce de Dolfi Vinos Gastronómicos y seguirlos como @dolfivinosgastronomicos. La copa que sabe a lo mejor de dos mundos está cerca de tu alcance. ¡Salud!