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AUTENTICIDAD CONTRACORRIENTE

November 21, 20245 min read

Por Jasmine Rincón Morales

Luego de graduarme del colegio, entré en la escuela de diseño con una sed insaciable de aprender un mundo diferente a las matemáticas, física y química. Allí, la creatividad sería mi mejor amiga. Durante una clase de introducción al diseño, el profesor dijo una frase que quedó tatuada en mi memoria: «No hay nada nuevo, todo está inventado. Nuestra misión es cambiar la forma y expresarlo de una manera diferente». Al principio, me costó digerir esa afirmación. Me resultaba una utopía y, debo decir, que después de cinco títulos profesionales, aún me pregunto: ¿Realmente hay quien piensa que, en este momento, alguna creación puede existir sin estar influenciada por algo que ya se haya hecho antes? Que lo diga Dua Lipa, cuya canción Levitating ha sido demandada por dos compositores que afirman que plagió su tema disco de 1979 Wiggle and Giggle All Night.

En un mundo donde las opciones están a un solo clic, la competencia es brutal y las modas duran lo que un suspiro. Destacar es una necesidad y no un lujo. Mientras más genérica sea tu propuesta, más genéricos serán tus clientes, subraya la importancia de crear ofertas únicas y memorables para atraer y fidelizar a la audiencia. Cuando optamos por una estrategia genérica, el público objetivo tiende a ser igualmente poco distintivo: clientes que buscan lo más barato y fácil, pero que no tienen un compromiso real contigo.

Un cliente genérico, caracterizado por su búsqueda constante de oportunidades y descuentos, representa un riesgo significativo para cualquier negocio. Este tipo de cliente no es fiel; su lealtad es efímera y con frecuencia depende del precio. Al ser un cazador de ofertas, rara vez regresa una vez consumida la experiencia, ya que siempre estará buscando la siguiente ‘mejor oferta’. Este comportamiento los lleva a una relación superficial con las marcas. No es que sea algo negativo, sobre todo si se trata de comprar clavos o tornillos para tu casa o alcohol medicinal.

Para contrarrestar esta tendencia, debemos enfocarnos en ofrecer algo único que no solo atraiga a estos consumidores, sino que también los convierta en defensores de nuestra marca o propuesta. La clave está en crear experiencias que generen un impacto emocional y que se asienten en la memoria del cliente. La mente humana no crea recuerdos para vivir en el pasado. Cuando diseñas una experiencia excepcional, memorable y significativa, creas un recuerdo para que el cliente sea feliz en el futuro. Ese cliente querrá regresar para revivirla. Lo haces mejor persona porque aprendes algo valioso ante sus decisiones futuras. La mente necesita elementos que la sacudan para formar recuerdos duraderos. Aquí es donde entran en juego la autenticidad y la personalidad.

La autenticidad es ser fiel a lo que eres. Nada de seguir modas efímeras o copiar a otros fielmente. Una marca auténtica refleja sus valores y principios en todo lo que hace. Esta autenticidad permite la creación de una conexión genuina con los clientes, quienes sienten que forman parte de algo especial. En un mercado donde la desconfianza puede prevalecer, la autenticidad se convierte en un pilar que fomenta la lealtad brindándole seguridad. Conectar con nuestras raíces culturales y tradiciones enriquece la experiencia del cliente y aporta un valor diferencial, especialmente en un mundo globalizado. Por último, la personalidad es la forma en que te comunicas y relacionas. Una personalidad bien definida hace que tu marca sea memorable y crea vínculos más fuertes. No olvides que mientras más genérica sea tu propuesta, más serán tus clientes. En un entorno tan cambiante y competitivo, las propuestas y marcas deben ser auténticas y ofrecer experiencias que trascienden lo transaccional. Al hacerlo, atraerán a un público más comprometido y fomentarán relaciones duraderas y significativas. Al final del día, el éxito radica en la capacidad para recordar a los clientes que la felicidad, la seguridad y la conexión emocional son los motores verdaderos de la lealtad. I’m levitating! 

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