El portafolio de RF Liquor desafía el panorama vinícola con las etiquetas del Grupo Ventisquero. Grey y Tara son las líneas de vino chilenas que expresan lo mejor de Atacama bajo la firma del enólogo Felipe Tosso.
Fotos: Fiorella Gómez
Volví a encontrarme con Felipe Tosso, el enólogo del Grupo Ventisquero que elabora vinos que desafían el status quo. Con ello me refiero a Tara, línea que nace en la región de Atacama en medio del paisaje más seco del mundo. Por fin se me dio la oportunidad de degustarlos íntegros. El primero fue Tara Sauvignon Blanc 2022. Las notas sulfurosas y a hidrocarburo me impresionaron a primera olfacción. Allí supe que hablamos de otro panorama. Sin embargo, es suave y equilibrado en boca. Encontramos sabores a piña, durazno blanco y lichi propios de un vino blanco. Continuamos con el Pinot Noir 2020. Una experiencia de cata diferente, pues arrojó una sensación cárnica con notas a cuero y frutos rojos. Muy aterciopelado y elegante.
Los vinos de Tara toman su nombre del mítico salar que por siglos han custodiado los Monjes de la Pacana. Un paisaje que, al igual que Tara, evoca el silencio y la inmensidad del desierto chileno. En esta zona las precipitaciones apenas alcanzan los 20 mm al año, pero reciben la influencia costera del Océano Pacífico y es cubierto por la Camanchaca durante las mañanas. «Los años en los que hay menos neblina cosechamos dos semanas antes, si no a inicios de marzo, como es usual. Dependiendo de ello van cambiando los descriptores a frutas y la concentración. En cuanto al suelo, hablamos de superficies calcáreas que le otorgan acidez al vino», comenta Felipe.
Los vinos provienen de dos viñedos: Longomilla y Nicolasa, ubicados a 22 y 32 kilómetros del mar, en la segunda terraza del río Huasco, respectivamente. Conservar ese origen y transmitirlo en cada copa significó optar por los procesos artesanales de cosecha, vinificación e, incluso, de embotellado. Si se quiere lograr un vino que dé testimonio de su origen extremo, es necesario eliminar levaduras o procesos de filtrado; y ser consecuentes con su naturaleza. De todo ello proviene la gráfica de su etiqueta: líneas simples, horizontales, botellas numeradas que dan cuenta de la pequeña producción de cada una de estas variedades, y una cápsula azul celeste que apela al cielo más azul del mundo.
La primera producción de Tara en 2012 fue pequeña: 409 botellas de Chardonnay, 758 de Syrah y 487 de Pinot Noir. Sus singulares características han determinado que el principal destino fuese el mercado extranjero, donde no solo está en tiendas especializadas, sino también en algunos de los mejores restaurantes del mundo. Entre ellos está el español Mugaritz (dos estrellas Michelin), ABaC en Barcelona (tres estrellas Michelin), el italiano Osteria Francescana (tres estrellas Michelin) y el Celler de Can Roca (tres estrellas Michelin) en España. Cabe resaltar que el año pasado estuvieron en la carta de vinos maridaje en Central de Perú, reconocido como el mejor del mundo por The World’s 50 Best Restaurants y ahora han dado el salto a Maido.
Si hablamos de Ventisquero, entonces Grey también tiene un lugar en la conversación. Este es un concepto que en total abarca 10 parcelas distintas. Cada vino es único. Sauvignon Blanc de Atacama, Chardonnay de Casablanca, Pinot Noir de Leyda, Cabernet Sauvignon, Carmenere y Cabernet Franc de Maipo, Merlot y Syrah de Apalta; así como un Rosé y un blend de Garnacha y Monastrell. «Grey es una línea premium que presenta un bloque específico de los grandes valles chilenos. Al ser filtrado es más limpio, automáticamente cítrico y ácido en boca. Tara, por su parte, es sedoso, untuoso, con complejidad y concentración. Pasan por huevos de concreto y madera», resalta el enólogo.
«Estamos creciendo en Perú en muy buenos restaurantes. La cultura del vino crece con la nueva ola donde la gente más joven y los consumidores se vuelven ávidos a etiquetas experimentales como esta. Los chefs también se atreven a probar maridajes novedosos», agrega. Aquí contamos con Tara Chardonnay, Pinot Noir y Syrah. De Grey tenemos Sauvignon Blanc y Carmenere. «Hay dos etiquetas nuevas de Garnacha y Cabernet Franc de Tara (alrededor de 1200 botellas). También quiero expandir los límites en la Patagonia extrema con otra línea. Por el momento, puedo decir que Tara es una experiencia que te saca de lo clásico. No conozco en Chile un terroir tan extremo como este, pues reflejan la identidad de Atacama», finaliza.