Bodega Sin Reglas Wines es un proyecto que tiene el propósito de encontrar el mejor vino que se pueda experimentar en cada partida, despojándose de todo prejuicio, condiciones y etiquetas.
Andres Ridois es un artista que, junto a Horacio Scaiola y diversos enólogos, encontró la forma de expresar su esencia a través de vinos únicos y de gran carácter. «Creamos vinos libres, sin limitaciones ni pretextos. Creamos vinos sin reglas», asegura. La única regla que existe es la verdad y la verdad es lo que existe. Todas las bodegas hablan de tradición, estabilidad y continuidad en el tiempo. «La realidad es que cuando hacemos un vino trabajamos con muchas cosas más que solo variedades. Hay lujo, convencimiento y preferencias. Si te alineas con la regla no puedes hacer maravillas que en la mayoría de ocasiones llegan con los errores. Esto hace que te des cuenta de que hay algo del otro lado», agrega.
Esta bodega argentina se abonó por completo al mundo de las microvinificaciones; elaboraciones / fermentaciones en pequeños contenedores de hasta 10.000 litros. Un proceso artesanal que les permite trabajar en pequeñas unidades, con extraordinaria atención y dedicación en el cultivo de la vid, selección de cosechas, elaboración, crianza y guarda del vino. «Trabajamos con barricas, toneles, huevos de hormigón y tanques de acero inoxidable. Elegimos partidas de uva de parcelas especiales, con características específicas que seleccionamos de diferentes terroirs como Agrelo, Perdriel, La Consulta, Gualtallary, Vista Flores, Chacayes, Altamira y El Peral; buscando en todo momento la expresión más auténtica y audaz de la fruta primaria y su terruño», nos cuenta Andres.
En palabras de Ridois, «la necesidad agudiza el ingenio». Por lo tanto, el resultado son vinos elegantes y sofisticados que expresan los aromas, sabores de la fruta primaria y la pureza del terroir. «Sigo los protocolos porque sino no haría vinos, pero mientras menos reglas se auto impongan, hay mayor capacidad creativa de crear algo nuevo. En medio de la microvinificación y los vinos de alta gama; existe una variable que no puedo comprar: el tiempo».
Para ellos tampoco hay reglas en los viñedos. Pueden estar en una zona y luego en otra; ya que lo que importa es el líquido. A partir del concepto de Sin Reglas, tienen una línea que lleva ese nombre. También está Mil Demonios con Lucifer, Pirata, Samurai, Vikingo y Gitano. «Ahora viene una nueva línea que se llama Arcángeles, donde hago todo lo que me gusta: 24 meses en barrica y 2 años en botella. Son mil días de dedicación y mil demonios que residen en cada uno de nosotros, en permanente combate por ser Arcángeles. Quien no reconozca sus demonios, no podrá alcanzar el poder celestial», revela.
«Me gusta vender vino a la gente con elegancia. Perú es un mercado pequeño, pero la gastronomía es de las que más me gustan en el mundo. Sería imposible no estar ahí con esa tremenda paleta de sabores bucales. Yo hago vinos para los latinoamericanos y su refinada población». Cabe resaltar que estos vinos argentinos llegan gracias a Romovi Wines (@romovi_wines).
Andres Ridois y Robby Montenegro se conocieron hace 16 años. Uno vendía vinos y el otro los compraba. De esta manera, comenzaron a trabajar en conjunto. «En mi importadora empezamos a ser disruptivos, y es ahí donde entran los vinos de Andres. Yo creo que debemos ir preparando paladares y, si pensamos bien en el negocio, hay que hacerlo para incrementar el consumo. Tengo la convicción de que estos vinos van a cambiar el mercado. Queremos trabajar con los Arcángeles próximamente y sacar la botella de la Batalla Celestial para redondear las líneas», menciona Robby.
Ridois invita a conocer a los demonios. «No conceptualicen el vino, por el contrario, entren en contacto con él. Beber sin reglas es clave. Hay que disfrutar para entender la belleza y la verdad que presenta. Como siempre digo, la vida es un poco de infierno y de vino», concluye. Entérate de más en https://conceptoplacer.com/ y http://www.romovi.net/
Escribe: Valeria Burga (@vale_burga26)