¡Descorchemos la pasión y dejemos que los sentidos se embriaguen con el Malbec! Vamos a aventurarnos en un viaje sensorial a través de la tierra del tango y el asado. Pero no es solo la música y la carne lo que hace palpitar los corazones argentinos. También lo hace el Malbec, aquella uva noble que encontró su hogar en las tierras argentinas. Es un poema escrito en tonos de rubí y violeta que fluye por las copas de los amantes de esta variedad. Es robusto, frutado y apasionado.
Permítanme guiarlos a través de los misterios y las emociones que este elixir despierta en quienes lo degustan con tres pasos sensoriales. Sus papilas gustativas se despertarán y las emociones fluirán y bailarán al compás de la música de Astor Piazzolla; creando memorias, fijando recuerdos y siendo felices. «Hagamos consciente lo inconsciente».
El abrazo aromático
Las copas se alzan y el Malbec despliega su nariz con la gracia de un bailarín de tango. Cerezas, frutillas, ciruelas. Los aromas se entrelazan. Cada sorbo es un abrazo aromático que nos transporta a los viñedos bañados por el sol de Mendoza. ¿Sienten cómo la tierra y el sol se funden en cada nota olfativa? Es un abrazo que promete más de lo que dice.
El beso en la boca
En boca, el Malbec es un amante apasionado. Un poeta que susurra secretos al paladar. Cálido, suave y dulce. Sus taninos acarician nuestros sentidos sin agresividad. Es como un beso robado en una noche de verano, donde las estrellas titilan y el vino fluye como un río de terciopelo. Las frutas maduras se despliegan en un abrazo íntimo: moras, ciruelas, pasas. En ese beso también encontramos un toque de pimienta negra como un susurro de deseo y un sabor prohibido que nos hace cerrar los ojos y dejarnos llevar.
El final eterno
El Malbec no se apaga fácilmente. Su final persiste en el paladar. Es equilibrado como un tango bien bailado. Las notas especiadas y herbáceas se despiden con elegancia, dejándonos con la promesa de volver a encontrarnos en la próxima copa. Es un desenlace que invita a celebrar la vida, a brindar por los momentos compartidos y los sueños por cumplir con ese toque de misterio que nos hace sentir vivos.
Ahora, queridos amigos, marquen sus calendarios. En 2011, Argentina proclamó el 17 de abril el Día Mundial del Malbec y, desde entonces, el mundo entero se ha unido a esta celebración. Levantemos nuestras copas, brindemos por la tierra de los gauchos y el tango. Prepara tu playlist de Astor Piazzola para crear un maridaje musical perfecto. Disfruta del compás de su bandoneón y celebra la vida con un buen Malbec en compañía de aquellos que amas. ¡Salud!
Chef & Sommelier
@thenewsommelier