Bodegas Familiares Matarromera llegó a Perú en un momento donde los vinos españoles están cada vez más en auge. Julio Pinto, Director General del grupo, presentó tres etiquetas con mayor sinergia para nuestro mercado.
Fotos: Daniel Yong
La historia de Matarromera se remonta a 1988. Existe una zona que lleva el mismo nombre porque acoge matas de romero alrededor de los viñedos y, en general, diversas plantas aromáticas. Hoy, Bodegas Familiares Matarromera se componen de 11 bodegas que forman parte de la misma propiedad, cien por ciento familiar. Cada una tiene una marca totalmente independiente y su propio enólogo. «Hay una dirección técnica que coordina ello, lo cual depende de mí que soy el Director General. El fundador de la empresa es Carlos Moro, una persona muy conocida en la industria española. Nos desmarcamos de otros proyectos porque vivimos solo de la tierra y de las uvas. Todo es viticultura propia», relata Julio Pinto.
«Perú es un país que, personalmente, me gusta mucho. No hemos tenido una presencia imponente en el mercado como en otros países y es algo que teníamos pendiente. Conversamos con Wine Concierge por su nueva tienda, y coincidimos con su concepto, pues ellos buscan proyectos boutique como en nuestro caso», agrega. En Bodegas Familiares Matarromera le apuntan a los vinos monovarietales, ya que prefieren transmitir el terroir a través de una variedad. Además, utilizan levaduras autóctonas. En palabras de Julio, lo que buscan en cada uno de sus vinos es equilibrio, amplitud de aromas y complejidad. «Aunque la etiqueta es clásica, nuestro perfil es muy intenso, con mucha fruta. En boca destaca siempre el equilibrio y la persistencia», dice.

En Rías Baixas, Galicia, trabajan albariño como insignia. «La particularidad de Viña Caeira es que resulta menos salino, menos ácido y más equilibrado que los albariño convencionales. Caeira es una palabra gallega, la cual hace referencia a un sitio inclinado y pedregoso. En general, somos clásicos porque buscamos vinos de gama muy alta», comenta. El caso de Valdelosfrailes, otra etiqueta ya disponible en nuestro país, es un clásico de Tempranillo, la bandera de España. Sin embargo, destaca por ser elegante y muy fino. Proviene de un clima más fresco y continental. Un vino de parcela y la gama más alta de la bodega.
Usualmente, no encontramos vinos de la Denominación de Origen Toro. Cyan es una de las etiquetas que ha llegado para darle un giro a nuestro consumo habitual. Va en honor a los tonos azulados de los vinos de esta zona post fermentación. «Es totalmente orgánico, compuesto de Tinta de Toro (Tempranillo). Proviene de viñedos viejos, entre 60 y 90 años de antigüedad y terrenos francoarenosos. Es la mejor zona de Toro, la cual está más cerca de Portugal. Es un vino elegante, fino y delicado; con notas mentoladas a romero o tomillo», detalla Julio.
«También trabajamos mucho en la sostenibilidad y la descarbonización. Otro tema es la innovación. Por ejemplo, tenemos unos cuantos proyectos nuevos entre los que destaco el vino desalcoholizado. Sobre nuestro ingreso al mercado peruano, las expectativas son muy altas. Siento que ha llegado el momento del vino español. Venimos intentándolo hace mucho tiempo y ahora es nuestra oportunidad de la mano de nuestro distribuidor oficial G.W. Yichang», concluye.
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